No funcionó. Me explicó que con sólo desearlo se realizaría el milagro. Añadió, en un esfuerzo titánico por sumar razones, que: "si la mayoría de parejas lo intentaban, por qué nosotros no". Después de tántas súplicas me sentía como el mayor mezquino de la tierra y en un arrebato pasajero, de esos que más tarde nos pesa toda la vida, la miré receloso a los ojos y le dije que estaba conforme. Esa misma noche se consumó el desengaño: para cenar tuvimos un espléndido plato de crema de espinacas que, como era previsible, nos hizo vomitar.
Oliverio Girondo: "¡Todo era amor"
-
*¡TODO ERA AMOR!*
¡Todo era amor… amor!
No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
No se podía hablar más que de a...
Hace 10 meses
No hay comentarios:
Publicar un comentario