Sígueme también en este otro blog:

miércoles, 5 de mayo de 2010

C.S. LEWIS: Una pena en observación


He vuelto a tener la oportunidad de ver la magnífica película dirigida por Richard Attenborough, Tierras de penumbra, basado en el libro, Una pena en observación, de C.S. Lewis, en la que un magistral Anthony Hopkins abandona su repetido papel de hombre inestable, y se mete en el del maduro escritor Clive Staples Lewis, quien después de cincuenta años de soltería, conoce a la poeta americana, Helen Joy Davidson Gresham, (Debra Winger en la película), de la cual se enamora y decide dejar su soltería y su estabilidad como profesor de la universidad de Oxford, para embarcarse en la compleja labor del amor y de las relaciones humanas.

Esta es de las películas que rompen con la coletilla - mil veces repetida por los cerrados literatos-, de que ninguna de ellas superan en calidad a la obra impresa en la que están basada, argumento con el que nunca he estado de acuerdo, ya que hay producciones cinematográficas que superan, incluso, al libro.
El caso al que nos referimos, película y libro, se complementan de manera sublime. Excepto el fondo, nada tiene que ver el uno con el otro. El libro es más documental, analítico, literario y profundo, donde el autor reflexiona sobre su desdicha, la pérdida del ser amado –cuando después de tantos años lo había encontrado-, no temiendo enfrentarse al Dios misericordioso y bueno en el que él, hombre extremadamente católico, creía. La cinta, más biográfica, personal y cinematográfica, nos transporta al instante en que la pareja se conoce y en la que reconocen que cada cual es el complemento del otro, por lo cual, han de vivir juntos. Pero es una dicha que les ha de durar poco, puesto que una fatal enfermedad de Helen, rompe la fértil relación que los dos han emprendido.

Tanto el libro, como la película, nos refleja el profundo vacío, la impotencia, el recuerdo del amor vivido, la esperanza de que el trágico desenlace no sucediera (gesto habitual de los que temen perder lo que tanto quieren), la inútil búsqueda de explicaciones a un sufrimiento gratuito, el aparente sinsentido que gobierna la vida, y, al final, la fuerza redentora del amor, que todo lo suaviza y encauza, haciendo que la persona que queda viva no muera del dolor que le causa la ausencia de la persona querida.
En resumen, película y libro recomendable para los que quieren llenar el alma de sentimientos profundos y nobles, algo inusual en estos momentos insustanciales que estamos viviendo. Son de las que te dejan triste el alma, pero como estamos poco habituados a este ejercio humano, merece la pena afrontarlo. El espíritu lo agradece.




2 comentarios:

  1. La pelicula es muy buena, pero el libro es insoportable, lentísimo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Alberto, habrás observado que yo también apuesto por la película, aunque -y siempre respetando tu opinión- a mí el libro también me satisface, podría decirse que se complementan.
      Un saludo.

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...