Sígueme también en este otro blog:

jueves, 30 de diciembre de 2010

El buscador de estrellas









Para los que le exigen bien poco a la vida, cualquier excusa es buena para pasarlo bien y estar en armonía consigo mismo.


Esta semana hemos estado en la sierra de Huelva a "comprobar" si todo estába en su sitio, y a aprovisionarnos de productos del cerdo ibérico para estas fechas y el resto del año.

Para los que llevamos en la sangre el terruño y la montaña, no necesitamos muchos argumentos para improvisar una salida a ella, y nunca mejor que esta estación para saborear la sierra y la desnudez de sus soberbios bosques, rebuscar sus perseguidas setas, sus dulces castañas, sus deliciosas nueces, sus sabrosas avellanas.


En diciembre, el castañal y los nogales están completamnete desnudos y engalanados para la ocasión. Sus habitantes son magestuosos arlequines encantados que representan bellas escenas boscosas. Durante el paseo, un roble desprende su penúltima hoja, mientras que un castaño nos invita a recoger el único erizo que le queda. Las estrellas lucen más radiante que en otras estaciones y por el cielo, los cometas recorren la galaxia con más determinación y cadencia que en otras épocas.

Durante el día, en la plaza del pueblo, hemos degustado, al sol de un día radiante de preinvierno, las delicias de la zona, regadas con las últimas jarras del mosto lugareño. Es un dato que la mayoría desconoce porque fuera del Aljarafe, nadie supone que pueda encontrar tan preciado caldo.Poco a poco, los
visitantes llenan la mesas de las terrazas, acuadiendo a la llamada culinaria que los distintos bares y restaurantes ofrecen.
El tiempo se detiene en los rincones del pueblo; los forasteros aprovechan las escasas horas de asueto, antes de regresar a la terrible soledad de la ciudad; las chimeneas impregnan de olores humeantes el entorno por donde paseamos, atrapándo en una incertidumbre inquieta a los que tenemos que volver, pronto, al otro bosque enladrillado.

Uno debe ser feliz con lo que tiene y lo que puede. No hay que forzar los acontecimientos, pero salir de la cotidianidad es algo que, si te gusta, siempre está al alcance de la mano, sólo basta desearlo. Démonos un gustazo de vez en cuando, aunque, como en mi caso, para comer setas haya tenido que recurrir al bar de la plaza del pueblo, que también la ponen exquisitas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...