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domingo, 30 de septiembre de 2012

Phil Collins: "Another Day in Paradise"






Fue una bella tarde de enero, minutos antes de que el sol se recogiera en su palacio del ocaso, y dejar tras él, esa estela de incendios -cuando llega al culmen del éxtasis-, en su errático amor con las montañas que perfilaban el horizonte próximo. 
Circulaba a escasa velocidad –es la costumbre siempre que regreso de pasar un día en la sierra, también por lo accidentado del camino-, tratando de retener en mi cerebro las armónicas sensaciones que la jornada me había deparado; de todas maneras, a la vuelta, nada ni nadie nos esperaba. 
De repente, de una de las emisoras del radio que manipulaba mi hija surgió, como de un sueño, la voz dulce y melodiosa de un arista que no conocía –cosa nada extraña, ya que llevaba más de una década apartado de la canción “pop”-, pero que al instante de oír me cautivó. Era la prodigiosa voz de Phil Collins cantando “Another Day in Paradise” -uno de los temas de su primer álbum en solitario-, que logró colarse por los callejones laberínticos del alma. 
Él, con su maravillosa canción, fue el “culpable” de recuperarme para la música pop, de la que tan alejado estaba desde que acabó la producción de música formal e inteligente de los años sesenta y setenta. 
A Phil Collins y a su sugestivo y bello “Another Day in Paradise” les debo, haber regresado de nuevo a este mundo de la música pop, del que los malos cantantes y creadores de los años ochenta y noventa, me arrojaron. 
Aún hoy, después de más de veinte años, “Another Day in Paradise” me sigue impresionando, y la voz de su autor, Phil Collins, me sigue gustando, aunque ya no siga siendo el mismo de 1989. 
Nunca dejaré de estarle sumamente agradecido; de no haber sido por él, seguiría estando en ese ghetto musical donde me vi obligado a refugiarme para escapar de los malos grupos y cantantes que por entonces destrozaban mis sentimientos musicales, y no habría tenido la ocasión de disfrutar de las muchas canciones que en esa época se siguieron editando.

  





Another Day in Paradise       

Ella llama al hombre de la calle
"Señor, ¿puede ayudarme?
Hace frío y no tengo donde dormir
¿Hay algún sitio que pueda decirme?"

Él sigue caminando, no mira atrás
Finge no haberla oído
Comienza a silbar cuando cruza la calle
Parece incómodo por estar allí

Oh, piénsalo otra vez, es otro día para
Ti y para mí en el paraíso
Oh, piénsalo otra vez, es sólo otro día para ti,
Para ti y para mí en el paraíso

Ella llama al hombre de la calle
Él puede ver que ella ha estado llorando
Ella tiene ampollas en la planta de los pies
No puede caminar pero lo intenta

Oh, piénsalo otra vez, es otro día para
Ti y para mí en el paraíso
Oh, piénsalo otra vez, es sólo otro día para ti,
Para ti y para mí en el paraíso

Oh Señor, ¿no hay nada que nadie más pueda hacer?
Oh Señor, debe haber algo que puedas decir

Puedes decir por las líneas de su cara
Puedes ver que ella ha estado allí
Probablemente se ha marchado de cada lugar
Porque no encajaba allí

Oh, piénsalo otra vez, es otro día para
Ti y para mí en el paraíso
Oh, piénsalo otra vez, es sólo otro día para ti,
Para ti y para mí en el paraíso








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