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lunes, 14 de diciembre de 2015

Visita a la Bodega Colonias de Galeón










La visita a esta Bodega es un proyecto que teníamos pendiente desde hacía bastante tiempo pero que, por una causa u otra, la habíamos pospuesto en más de una ocasión, hasta que por fin se ha materializado esta semana, algo de lo que nos congratulamos, ya que ésta no ha podido resultar más sugestiva y gratificante. Nuestro agradecimiento a Rafael -profesional enamorado de su trabajo-, que ha sabido transmitir de una manera sencilla y didáctica los datos más significativos del cultivo de la vid y el proceso de elaboración del vino.

La bodega está en Cazalla de la Sierra, en la Sierra Norte de la provincia de Sevilla, zona con experiencia y antecedentes vitivinícolas desde hace más de quinientos años. La localidad fue la mayor exportadora de vinos a América en los siglos XV, XVI y XVII, hasta que un conflicto de intereses con la producción vinícola del Aljarafe sevillano puso fin a esta flotante industria serrana.

Bodega “Colonias de Galeón” es un proyecto modesto pero altamente ilusionante surgido en 1998. De momento sus objetivos no están en la gran producción, sino en la obtención de vinos de alta calidad. Para ello han querido –y sabido- seleccionar las variedades de uvas que mejor se adaptasen al terreno y que mejores resultados diesen en la elaboración de estos vinos: Cabernet Franc, Merlot, Syrah, Pinot Noir, Chardonnay y Tempranillo, esta última con grandes problemas de adaptación, por lo que probablemente será arrancada y sustituida por la autóctona Tintilla de Rota.

Ladera sur del viñedo donde se encuentran las uvas para tintos



Los viñedos de esta Bodega se encuentran en la zona conocida como “Las Colonias Agrícolas de Galeón”, en la antigua carretera de El Pedroso, lugar en el que a principios del siglo XX el estado repartió 70 parcelas de 8 hectáreas entre los agricultores, con el compromiso de que éstos cultivaran vid para uso vinícola.

El terreno es poco fértil, pero apto para la obtención de un vino de gran calidad: suelo de pizarras y calizas, 700 metros de altitud, suaves laderas, fuerte oscilación térmica entre el día y la noche,  constante presencia de sol, una considerable pluviosidad, todo ello rodeado de alcornoques, jaras, tomillo, cantueso, orégano, que impregnan las uvas con el sabor de sus aceites esenciales.

El cultivo de estos viñedos es ecológico. Su abono es a base de cubiertas vegetales, con ausencia de productos fitosanitarios para el control de las posibles enfermedades, limitando la producción en dos o tres racimos por viña, un dato a tener en cuenta cuando se desea obtener un buen producto final. 

Vista parcial de la viña

Todos los viñedos llevan su nomenclatura identificativa

Detalle del tintado de la hoja

Vivienda original del viñedo

Atendiendo a la explicación del guía

   Subiendo para alcanzar la ladera norte donde están las uvas Chardonnay


Después de la visita a la viña regresamos al pueblo, lugar donde se encuentra la bodega. Aquí, entre depósitos de acero inoxidable de diversas capacidades (nunca superior a los 5.000 litros, y barricas de roble francés (300 litros) y americano (500litros), es donde se pone en práctica la ilusión profesional y los conocimientos enológicos por los que han apostado estos dos emprendedores sevillanos: conseguir vinos de alta calidad.

Cierto es que para la obtención de un buen producto final es primordial contar con una cualificada materia prima –en este caso, la uva-, pero hay que reconocer que el éxito final de un buen vino depende generalmente “del toque final” que se aplica en la bodega: proceso de molturación y  prensado de la uva, formas y métodos de fermentación, tipos de envejecimiento, etc., en los que se pone, para lo obtención de un buen vino, todos los conocimientos que el profesional ha adquirido. 

Depósitos para la fermentación del mosto

Sala de barricas




Por último llegó la cata del producto conseguido, toque final y determinante del trabajo realizado. Fueron seis vinos -del total de los que elaboran-, los que degustamos, algunos de ellos ya los conocíamos de anteriores catas:
  • Petit Ocnos rosado elaborado con uvas Cabernet Franc (servido y degustado en la misma viña)

Ya en la propia bodega pasamos a catar los siguientes vinos:
·  Ocnos 2013. Elaborado con uvas Chardonnay 100%, vendimiada en la segunda quincena de agosto de 2013. Se maceró el mosto con los hollejos en nieve carbónica durante 18 horas. Una vez limpio se fermentó en barricas nuevas de roble francés, hasta terminar la maloláctica, trasegándose el vino con las lías finas para mantenerlo envejeciendo durante 10 meses. Tras una estancia en depósito, se embotelló en Julio de 2014.
·        Colonias de Galeón, Maceración Carbónica 2015. Elaborado con uvas Cabernet Franc 50%; Tempranillo 30%; Syrah 20%. La vendimia se hizo por variedades ajustándose al estado de maduración de cada una. Se vinificó por separado cada variedad siguiendo el método de maceración carbónica, finalizando la fermentación del mosto yema y mosto prensa por separado con temperatura controlada, 16º/18º C. Se embotelló en Octubre de 2015.

·        Colonias de Galeón Roble 2013. Elaborado con uvas Cabernet Franc 40%; Tempranillo 30%: Merlot 15%; Syrah 15%. Cada variedad se elaboró por separado. Se controló la temperatura (22º / 25º) durante la fermentación y se bazuqueó dos veces al día. La fermentación maloláctica se hizo en barrica. Con posterioridad se trasegó el vino a barricas de roble francés y americano, donde estuvo envejeciendo entre 9 y 10 meses según la variedad. Decidido el ensamblaje se clarificó el vino y se embotelló en Diciembre de 2014.
·        Silente selección 2009. Elaborado con uvas Cabernet Franc 50%; Merlot 30%; Tempranillo 10%; Syrah 10%. Se vinificó cada variedad por separado. Temperatura controlada entre 22º y 27º. Se bazuqueó 2 veces al día. La fermentación maloláctica se hizo en barrica. Con posterioridad se trasegó el vino a barricas nuevas de roble francés, donde lo dejaron evolucionar durante 18 meses. Decidido el ensamblaje se embotelló en Julio de 2011.

·        Lincesa 2013. Elaborado con uvas Tintilla de Rota 100%, no de sus viñedos. La vendimia se realizó en la segunda quincena de Septiembre de 2013. Tras el despalillado se vinificó en seco, con una cuidadosa y suave extracción, en depósito de acero inoxidable, a temperatura controlada entre 20º y 24º. Después de la maloláctica se embotelló en Marzo de 2014.


No está mal para una cata de un solo día. Para concluir, mencionar el resultado que a nuestro juicio mereció la misma: notable.

El Petit Ocnos rosado, no pasa de ser uno más entre los muchos que existen en el mercado, hecho para un público concreto en el que  no nos encontramos nosotros.

El Colonias de Galeón Roble 2013, un vino “correcto”, pero algo desequilibrado, con demasiado sabor a alcohol y madera. 

El Licensa 2013, un vino correcto, ambicioso, pero no en la línea de los elaborados con sus mostos. Quizás influyera el orden en el que fue servido, al final y después de “la joya de la corona”, el Silente. Este es un debate que a menudo mantengo y que posiblemente yo no sabría resolver: saber en qué momento y orden se ha de servir un vino, porque en este caso, pongamos como ejemplo, yo no habría catado el Ocnos -aunque es un blanco- en primer lugar, porque con sus 14.5% y casi un año de envejecimiento, quizás hubiera encajado más adelante.  

Y para el final reservamos los cuatro destacables, como son:

El Colonias de Galeón, Maceración Carbónica 2015, un vino joven con 12.5%. Es la segunda vez que lo catamos en menos de un mes. No somos simpatizantes de estos vinos pero tenemos que reconocer que este que elabora esta bodega no tiene nada que ver con los que hayamos podido degustar. Es un vino joven que hay que consumir lo antes posible, con fuerte sabor a frutos rojos, flores y gominolas, apto para catas o copear, aunque difícilmente aguante más de una.  
Su escaso amargor y acidez hacen difícil maridarlo. Una vez probado en casa con algún alimento (jamón, queso, espinacas al queso, pollo macerado al horno) no resultó tan perfecto. Queda pendiente para un nuevo maridaje con otros productos.

El Ocnos 2013, un vino redondo, brillante, con intensos aromas florares y un impactante final. Sus 14.5% lo hacen capaz de maridar con asados, revueltos, pescados a la sal, marmitakos, carpaccios, tartar, etc. Nunca un blanco nos causó tan buena impresión.
El Lincesa 2013 es un vino joven con mucho cuerpo que lo hace permanecer durante bastante tiempo en la boca, con un sabor (amargo, salino, herbáceo) que lo diferencia de los otros productos de la bodega. Puede maridar con pescados y carnes a la plancha.  
Tendremos que catarlo en otra ocasión, ya que el orden en el que nos lo dieron a degustar no fue -a nuestro juicio-, el más adecuado (el útimo, después de un parón para terminar de visitar la bodega).

Y para finalizar, el Silente Selección 2009, para nosotros, lo mejor de la bodega. Pocos vinos ofrecen tanta calidad a tan bajo precio. Aquí ha sabido conjugar Bodegas Colonias de Galeón el resultado del envejecimiento de un vino con los reductos de la juventud. Es un vino redondo y equilibrado, en el que las maderas no enmascaran las notas florares y afrutadas que poseen. En él es posible percibir el sabor pizarrozo y salino del terreno, los aceites esenciales de las plantas aromáticas que tapizan el viñedo,  y al humo de las candelas de las fincas de los alrededores. Es un vino que, a pesar de los años de crianza, por su alto índice de acidez y taninos, augura un largo recorrido. Marida con todo tipo de carnes, pastas, asados, guisos, chacinas, quesos de todas clases -recomendable los más potentes (viejos de oveja, cabra, cabrales, azul, roquefort, etc.)-, boletu, paté, y lo que se le quiera echar. En definitiva, exquisito. Es un vino altamente recomendable... Y hecho a dos pasos de Sevilla.


Exposición productos de la bodega

Momento de la cata





Esto fue lo que dio de sí la visita a esta bodega sevillana.  

   














4 comentarios:

  1. Manuel me ha encantado la presentación que has hecho y esa visita a la Bodega Colonias de Galeón .Se nota que disfrutasteis mucho !Me has recordado a una que hice cuando fui de viaje a Zaragoza , el momento mejor el de la degustación .Veo que eres un entendido de vinos.

    Un Abrazo.

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    Respuestas
    1. Montblanc,¡qué sería una visita a una bodega sin cata! sólo con ella podemos juzgar si la explicación que nos ofrecen de sus vinos concuerda.
      Otro abrazo para ti.

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  2. Manuel, veo que no pierdes oportunidad de sacar réditos de tus excursiones, ya sean en el campo o en visitas, ¡Mira qué apañao eres!
    La verdad es que se aprende y se pasa bien con ellas y lo que sigue, jeeeeeeeeeeee...
    Veremos qué nos cuentas con los productos navideños, seguro que descubriremos cosas, estaré espectante.
    Enga, un abracete.

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    Respuestas
    1. Es que mis salidas casi siempre están programadas, Mari Carmen, y esta, en concreto, entra dentro de nuestra actividad rutinaria, ya que nos gusta el mundo de la enología.
      Un saludo.

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