Der Políngano.com: Paseando por Mallorca

lunes, 14 de marzo de 2016

Paseando por Mallorca

Catedral gótica de Palma de Mallorca

He vuelto a Mallorca después de 20 años. Siempre me ha producido paralización extrema regresar a un lugar donde ya he estado, y más, si guardo grandes recuerdos de él. Es la misma sensación que siento cuando he de reencontrarme con algún viejo amigo: esa inquieta cosquilla correosa que produce saber que tienes que saltar un alto precipicio, desconociendo cómo será el pendular resultado.

Felizmente, este reto ha terminado maravillosamente. A pesar de mis temores –la primera vez que la visité fue en 1971; la segunda en 1976, y ya, sólo en cinco años, la noté bastante cambiada, de ahí mis reservas al emprender este viaje- Mallorca, a pesar de los años transcurridos, sigue estando igual de encantadora, con sus recoletas calas, sus atractivos pueblos donde perderse, sus monasterios donde encontrarse, sus infinitos rincones donde abstraerse, etc., y una reluciente capital, Palma, con un casco viejo en el que parece detenerse el tiempo.

Como es lógico, han cambiado muchas cosas. Todo está lleno de autovías y circunvalaciones, aunque conservando la estrechas y sinuosas antiguas carreteras de montañas; incómodos y zarrapastrosos alemanes que dan una imagen de no proceder de la nación más rica de Europa; peligrosos equipos ciclistas de países nórdicos que trasladan su lugar de preparación a la Sierra de Tramontana, haciendo complicado moverse por sus estrechas carreteras; el hecho de que haya que pagar por casi todo –de momento respirar es gratis, pero no quiero dar ideas-; destrucción de la montaña y la costa para la creación de nuevos hoteles y urbanizaciones, etc., pero a pesar de todo ello, el balance es positivo, Mallorca sigue siendo acogedora, excesivamente atractiva, seductora, y, si me apuran, casi igual que antes, tanto es así que hemos decidido regresar dentro de poco... ¡Algo tendrá el agua cuando la bendicen!